Ayer apuntaba que una característica de la cultura contemporánea es que permite la convivencia de tipos y objetos de arte provenientes de diferentes e incluso concepciones opuestas sobre qué es el arte. Situación que puede darse puesto que existen los objetos de uno y otro extremo (pinturas y frases en la pared por ejemplo), es decir puedo comparar entre uno y otro objeto su materialidad y la forma en que expresa las ideas que les dieron origen. ¿Pero qué sucede cuando no hay objeto? Es decir, quizás una de las tendencias más claras en la cultura contemporánea sea la evanescencia misma del objeto de arte, su inexistencia física, su sola presencia virtual. Tómese como ejemplo el trabajo que aquí se presenta, First Ligth de Paul Chen (Hong Kong, 1983) [así es el título de la pieza] un finísimo trabajo en base a la proyección de luces, sombras y programas computacionales que se adaptan a la superficie y condiciones que se le asignen (aquí vemos su instalación durante la Bienal del Museo Withney del 2006), alterando el espacio y la percepción del sitio y de la pieza, pieza que como se comprenderá, no existe en realidad, desaparece tan pronto se encienden las luces de la sala y se apagan los proyectores. ¿Qué clase de cultura es esta que privilegia lo virtual sobre lo material?
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