El Centro de las Artes I, antigua Cineteca-Fototeca, en su planta alta, presenta desde el pasado día 6, la muestra Personajes en crisis de Juan José Herrera.
Empezaré por decir que la exhibición aunque me parece dispareja, es importante y hasta interesante, pero no por las razones que se han dado desde que se anunció, ni las que se pudieran creer. El anteponer supuestos prejuicios a cualquier valor que puedan tener estos u otros trabajos, no es más que un querer blindarse —con unos Panzer— de cualquier crítica, pues todo lo que se diga en su contra servirá para corroborar que sí existen prejuicios, posiciones retrógradas, e ignorancias malintencionadas ¿De qué tipo de obra estamos hablando? Desnudos masculinos y, estos los más lejanos posible de ciertos cánones de belleza. No quisiera detenerme en este punto, sólo aclaro que me parece que a nadie escandaliza, hoy día, un desnudo sea masculino o femenino; que los personajes que han sido fotografiados por Juan José Herrera, podrán estar en crisis, pero tampoco inquietan a nadie; no parecen esculturas del periodo clásico, es verdad, pero basta con mirar a nuestro derredor para comprobar que a diario vemos más cuerpos como los retratados que a Apolos, Hércules o Jupiters; que siempre habrá quien quiera ver esta o cualquier otra muestra con morbo, no hay duda, aún y cuando estuvieran totalmente vestidos los (las) modelos, pero eso no debería distraernos ni ser el centro de los comentarios que se hacen sobre la exposición.
A mí, en lo personal, hay dos aspectos que me preocupan respecto a lo que se presenta. En primer lugar, es claro que estos trabajos, reflejan o mejor aún, son producto, surgen, de una postura que sostiene Herrera frente a lo que llamamos arte. Postura que tiene que ver sí con el derrocamiento de los cánones, en este caso del arte y de la fotografía; sí con la exploración de otras dimensiones estéticas no favorecidas por occidente; sí con la concentración en el mensaje sobre la factura de la imagen; pero hay algo más, algo con una profundidad diferente y que ya no depende de Herrera, sino que simplemente pertenece a este momento. Al fotografiar, al expresarse de esta manera, Herrera pone en evidencia, no el deterioro de los valores de la Modernidad, no la erosión que han sufrido las instituciones, sino más bien las bases sobre las cuales se está construyendo la nueva cultura, o si lo prefieren la siguiente etapa de la cultura contemporánea. En este sentido, sin ser original, me parece paradigmática la serie que dedica a las composiciones con animales disecados. Las actitudes, la iluminación, las locaciones, incluso las etiquetas colgando de los animales o las ruedas para moverlos, son parte de esta nueva cultura que está creciendo y enraizando ante nosotros.
A pesar de ello, creo que este aspecto aún no está del todo comprendido o asumido, pues mucho, no de la obra, sino de la exhibición en sí todavía posee un carácter trasgresor o de impuesta innovación que en nada favorece, ahora sí, a la obra. Me refiero concretamente a la museografía, o más bien a la ausencia de museografía y los colores de las mamparas. Creo que deberíamos ser conscientes de que hasta la trasgresión tiene un límite y que al traspasarlo se abren las puertas al caos. Lo mismo podría decir de la selección de obra; no toda, por el simple hecho de ser desnudo masculino, debía ser mostrada en una muestra oficial como acaba siendo esta, no por otra cosa sino por mala (aunque quizás el adjetivo ya no sea operante).
Un último comentario. Es cierto que no se acostumbra ver desnudo masculino en fotografía y menos con estas características, el presentador de la muestra hace una relación de los escasos productores que en México han abordado el tema, nómina que se remonta al siglo XIX. Más allá de cualquier actitud o postura a favor o en contra, creo que, entre otros puntos, debiéramos preguntarnos por qué es un género tan poco frecuentado, qué hay en él que ha provocado que no se cultive como el femenino. Visitar esta exposición, verla con cuidado y atención, tratar de encontrar las claves que nos den respuesta a esta pregunta u otras cuestiones, puede resultar un mejor ejercicio que el preocuparnos por si están gordos o no los retratados.
(Publicado orginalmente en Milenio Diario)
(Imagen tomada de: marcarfoto.blogspot.com)
(Ver también: artes2010.wordpress.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario