¿Qué mejor que un Concierto de flauta, para disfrutar del solaz descanso a la sombra de los árboles? A la sensualidad de la naturaleza, de la belleza y juventud de las damas, del disfrute del ocio, Jean-Baptiste Pater (1695-1736), le suma la de la música. La imagen, su composición y manejo temático no dejan mucho lugar para la duda, para darnos cuenta de que hay una clara alusión sexual en toda la escena. Sólo la etiqueta y la exagerada formalidad de la sociedad dieciochesca, así como su gusto por las insinuaciones fáciles, impiden que el pintor haga de esta escena una bacanal con desnudos.
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