domingo, 14 de octubre de 2012

Járdines del Arte (E)

 
Sin duda una de las más deliciosas imágenes de la naturaleza domesticada que nos legó el Rococó. La interrupción del sueño (1750), se intitula esta extraordinaria pintura del francés Francois Boucher (1703-1770). Porque de eso se trata de una naturaleza que finalmente ha sido conquistada, lo cual incluye a la sensualidad y el sexo. Si el Iluminismo trajo la confianza en la ciencia y la razón, también puso a disposición de la sociedad dieciochesca toda la picardía y doble sentido necesarios no sólo para creer en el hedonismo permanente, sino para ganar la confianza necesaria que la burguesía necesitaba para su último y definitivo golpe a la nobleza decadente, torpe e incapaz de entender la nueva clase de goce sensual que se podía obtener con tan sólo mirar estas imágenes.
 
 

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