No todos los viajes suelen ser tan extremos como el emprendido por el norteamericano Richard E. Byrd (1888-1957) hacia la Antártica en 1933; en la imagen lo vemos guiando uno de los famosos trineos que son jalados por los no menos famosos perros esquimales. Esfuerzos como el de Byrd, no sólo por viajar hasta aquellas remotas regiones, sino por documentar fotográficamente las incidencias del mismo, son los que le dieron prestigio a este género de fotografías. Por supuesto no es lo mismo esta clase de viajes y los que hoy día emprendemos aún hasta aquéllas tierras con todas las comodidades, adelantos y seguridad que brinda la tecnología aplicada a su realización.
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