Francis Bacon. Estudio del retrato del papa Inocencio X después de Velázquez. 1953
Existen trabajos en el campo de la producción artística en que se explora el dolor de una manera distinta a las que hemos presentado. Se trata de obras como la que aquí vemos de Francis Bacon en donde el dolor no está en la pintura ni en el tema representado, se encuentra un mucho en la forma en que está pintado, pero sobretodo el dolor viene de lo más profundo del pintor; es decir, estamos frente a una pieza que es producto del dolor, sólo a quien le dolío la vida como a Bacon puede lograr este grado de expresividad. Inocencio X, que de inocente no tenia nada, es el blanco con que se identifica la fuente del dolor, de ahí el tratamiento que merece; hacerlo sobre una obra ya realizada y conocida, sólo acentúa el desquite del pintor. Una obra dolorosa, sin duda, pero mayor el dolor con que tuvo que vivir quien la pintó.
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