Mucho antes de arribar a la era “E” o "I", en esta parte del año, en el periodo decembrino, muchos acostumbraban, ya fueran individuos, familias, comercios, instituciones de todo tipo, o grandes corporaciones, enviar tarjetas navideñas: una felicitación y/o expresión de buenos deseos por la natividad de Jesús, el fin del año o el inicio de uno nuevo que siempre resulta esperanzador. Revisando el tema me encuentro con esta sensacional imagen debida al fotógrafo húngaro-norteamericano Nickolas Muray (1892-1965) la réplica en fotografía de otro gran creador de los íconos norteamericanos y su “maravilloso estilo de vida”, el American Way of Life, Norman Rockwell (1894-1978), de quien bien sabemos se valía de la fotografía para sus trabajos, por lo que no sería nada extraño no sólo que conociera el trabajo de Muray sino que hubiera una retroalimentación entre ambos.
Pero dejemos el estudio para otro momento y regresemos al tema navideño y sus tarjetas de felicitación. Tan común llegó a ser esta costumbre, que formó imperios con el diseño y venta de tarjetas, como a saturar y trabar al más pintado y organizado servicio postal. Qué tiempos aquellos!!! Cuando incluso el arbolito de Navidad se adornaba con las tarjetas que iban llegando, ahora ni modo de colgar los e-mail de felicitación, si es que los llega haber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario