martes, 29 de noviembre de 2011

Diálogo sobre la fotografía


Quisiera aprovechar la invitación al diálogo que hiciera Marco Granados (aunque quizás no todos la entendimos de la misma manera) para externar algunas observaciones sobre la exposición PFC’11 inaugurada el pasado día 22 en el Centro de las Artes I.  Mi intención no pretende más que hacer públicas estas anotaciones en el entendido de que hay un “otro” también dispuesto a conversar sobre este tema, sin importar si hay consensos o disensos en lo que se diga y asiente.
 PFC’11, quiere decir Programa de Fotografía Contemporánea 2011 y se refiere, la exposición sobre la que hablamos, a la presentación de algunos de los resultados alcanzados por quienes participaron, por un periodo de 7 meses, en el Taller de Fotografía Contemporánea impulsado por el CONARTE.
Esta muestra junto con Progresión, otra exhibición inaugurada en la misma fecha y lugar, se dio en el marco del 9no. Encuentro de Fotografía dedicado a la educación de la fotografía en México, tema sobre el cual también me hubiera gustado hacer un par de comentarios, mas como no puede acudir a sus sesiones, no tengo razón alguna para hablar de lo que pudo haberse dado y discutido ahí.
Semejante impedimento tengo para comentar sobre las imágenes que se presentan en PFC ’11 pues no conozco todos los elementos que hicieron, por decir algo, que no todos los participantes tuvieran igual número de piezas, o que de plano no exhibieran su trabajo los del colectivo Estética Unisex (Lorena Estrada y Futuro Moncada), por tal motivo y tomando únicamente como origen de mis impresiones la información que se ofrece al público y la muestra como un todo, me limitaré a comentar sobre el propósito del programa en general.
Según reza en la cédula de sala con que se recibe a los visitantes, con esta clase de acciones se pretende “profesionalizar las prácticas fotográficas”. Sin ánimo de ofender a nadie yo pregunto ¿profesionalizarlas para qué?, es más ¿qué debemos entender por profesionalizar? Desde mi perspectiva profesionalizar sería llevar a alguien del terreno del aprendizaje al del ejercicio pleno de una profesión, o sea,  a la ejecución de un oficio o conocimientos para vivir de ella (de la ejecución), ¿cuántos de estos 16 participantes se encuentran en esta situación?, ¿habrá sido suficiente con 7 meses de trabajo? (Sé, porque así se dice, que quienes participaron fueron seleccionados por medio de sus portafolios, luego entonces supongo que debieron haber tomado en consideración estos aspectos). Más adelante se apunta que el programa buscó que los participantes obtuvieran los medios, las herramientas necesarias para desarrollar un proyecto artístico con una base discursiva, luego entonces no se trata de profesionalizar la práctica de la fotografía, sino más bien, la de un sólo tipo, la que surge o es producto de un proyecto artístico (si eso es algo que exista exclusivamente), y dentro de estos, de los proyectos artísticos, ¿por qué han de tener una base discursiva, cuándo es la irracionalidad la clave de nuestro tiempo?
Curiosamente, cuando uno ve los resultados, por ejemplo, de un concurso, no puede dejar de pensar que lo que se selecciona y premia es precisamente lo que rompe con los moldes ya establecidos, por eso es que me pregunto si es que se puede enseñar fotografía para después hacer ver que todo lo aprendido hay que desaprenderlo para volver a producir imágenes iguales a las que se hacían antes de entrar a cualquier proceso o programa.
Hace unos meses al comentar sobre una exposición que decía ofrecer las nuevas alternativas de la pintura, me surgió la duda de en qué consistía esa novedad pues todos los participantes seguían haciendo uso de la pintura igual que se viene haciendo desde que nos bajamos del árbol. Recorriendo PFC’11, me hago la misma pregunta, ¿en qué aspecto o detalle debería fijarme para encontrar la diferencia entre esta exposición y un Salón de la Fotografía?

Publicado originalmente por Milenio Diario.

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