Venus. 1979
Dentro de esta presentación de pinturas que yo denomino icónicas, no podía faltar mi viejo amigo, el recientemente fallecido Claudio Bravo. Sirva esta tentadora imagen para extender un poco más la reflexión que he venido haciendo acerca de esta modalidad de la pintura naturalista. Se me antoja pensar que también podría ser llamada pintura retórica puesto que echa mano de todos los recursos que tiene a su alcance para hablar, insisto, no del referente que usa como tema, sino de la pintura misma, de su capacidad para convertirse en representación, en símbolo, en un significado aparte. Lo inquietante de esta imagen o de cualquiera de las que he presentado hasta ahora en esta serie, no es la modelo, ni siquiera el que pudiera parecer una imagen fotográfica, todo lo contratrio, lo atractivo está en que se trata de una pintura, una pintura capaz de signifcar todo lo demás y lo que usted quiera ver ahí.
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