(Imagen tomada de www.frogueros.com)
jueves, 29 de abril de 2010
El aficionado y el voyeur
Existe, creo, una gran diferencia entre el otrora aficionado a la fotografía y quien ahora, gracias a la tecnología a la que ya nos hemos referido en las dos o tres últimas entregas, produce imágenes digitales. Óbviamente pertenecen a dos momentos, el aficionado a la Modernidad, el otro a la contemporaneidad. El aficionado creía en la fotografía, estaba enterado de sus innovaciones, de las técnicas, de los representantes más famosos, de la historia, e incluso llegaba a tomar cursos prácticos de composición, iluminación, edición, etc., con el fin de estar cerca de su afición o pasatiempo (es claro que esta postura tiene una enorme gama de matices y que aquí hacemos sólo una sobresimplificación). El o la que hoy día genera, vía electrónica, imágenes y las pone a circular en las páginas del Internet, siempre y cuando no se trate de auto-imágenes, carece de denominación, no se trata ya del aficionado de antes puesto que sus intereses y motivaciones ya no tienen que ver con la fotografía en sí misma; he decidido llamarlo el (la) voyeur por no tener un mejor nombre, pero sería aquel que cree que todo lo que observa debe ser sometido al imperio de la imagen, debe ser una imagen que, como ya hemos dicho, atestigue, certifique, lo que ha visto, no porque sea importante, valioso, bello, informativo, sino simple y sencillamente porque él lo ha visto y tiene la posibilidad de presentarlo, de hacerlo circular, de imponerlo a los demás; al hacerlo, resulta claro que obtiene una íntima satisfacción: vemos el mundo a través de sus ojos (de las imágenes que él ya vio). Satisfacción que muy posiblemente también estaba presente en el aficionado pero siempre en un segundo o tercer plano, antes estaba el prestigio como fotógrafo lo cual le venía dado por el objeto, por la foto, luego el de haber viajado a tal o cual lugar, haber conocido a fulano o perengano o la pirámide, el palacio, la pintura, y por último el gusto de hacernos ver lo que él conoció antes que los demás. Cambios que quizás pudieran parecer simples o intrascendentes pero que están modificando las pautas de las cultura contemporánea.
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