lunes, 23 de agosto de 2010

Color y B&N en busca de un dueño

Felix Beato. Combate de sumo. ca. 1868

Ahora que la imagen digital es parte indisociable de nuestra vida cotidiana, tanto en su consumo como en su producción, creo que difícilmente se podría sostener una discusión acerca de las ventajas del B&N sobre el color o viceversa. Incluso, como hemos apuntado, las antiguas fotografías que cuidadosamente eran coloreadas a mano, hoy día se convierten en una moda, o mejor dicho en un proceso accesible a cualquiera, dígase lo mismo, por citar otro ejemolo, de las imágenes solarizadas o fuera de registro que Andy Warhol pusiera en circulación gracias a sus retratos. El trabajo del fotógrafo, como el de cualquier otro productor, se ha modificado a tal grado que hoy día selecciona, sin ningún remordimiento, al color o al B&N según sean las necesidades del trabajo que esté realizando; se piensa más en función y definición de cada trabajo en lo individual que en la acumulación de un corpus de trabajos que reflejen el "expertise" del productor en tal o cual proceso. Este nomadismo, incluso dificulta -si este es el término- ubicar en la trayectoria de un productor un estilo, o si se prefiere, una mirada particular, una manera de ver y comunicar al mundo. Y es que lo que debemos aprender, de entre tantas otras cosas, de estos temas es que conceptos que en otros momentos resultaban no sólo útiles sino necesarios, como el de estilo, trayectoria, mirada, fidelidad a un proceso, han dejado de tener vigencia en la actualidad, fundamentalmente porque son ideas, recursos que empleábamos para referirnos a las formas, al trabajo que el productor llevaba a cabo con las formas, la manera en qué manipulaba las formas; como hoy las formas han dejado de ser exclusiva de alguien, necesitamos de otros conceptos, de otro vocabulario para poder seguir distinguiendo quièn está haciendo qué, cómo y con qué.
(Imagen tomada de www.museo-oriental.es)

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