domingo, 8 de agosto de 2010

Principio y fin

Nenufares I. 1905

Me parece que como ningún otro momento, estilo o escuela, la pintura de los llamados Impresionistas, es la favorita de todos. Cuando empecé a conocer sobre la historia del arte, como muchos otros, quedé fascinado por la pintura de Manet, Degas, Renoir, Cassat, Pisarro y compañía, por supuesto por Claude Monet (1840-1926) y en particular por la última serie que emprendió, la de los nenufares o lirios acuáticos. Para la gran mayoría, las obras de los impresionistas son exactamente la deseada ya sea para decorar la sala de estar, ya para sentir que no se es ajeno al arte, que le "entiendes". Conocí maestros, muy doctos, que me llegaron a decir que para ellos con los impresionistas el arte terminaba, después de ellos todo lo hecho era una vacilada. Más de uno de mis alumnos, al tener que presentar su tesis de licenciatura mueren por hacerla del Impresionismo; también, más de uno de ellos intenta pintar "a la impresionista". Más de un colega o directivo, tiene en su cubículo u oficina un poster de los impresionistas y no falta que llegando de un viaje a Francia, regresen con el recuerdo de su viaje, un block de notas con la obra de los impresionistas o un calendario de mesa con la obra de Renoir, un conjuto de lápices con las firmas de los pintores que obsequian generosos a las secretarias. En fin, lo dicho, no hay quien escape al influjo de los impresionistas. Uno de mis maestros más queridos, Don Alfredo Gracia Vicente, decía que como todo mundo había escrito algo sobre Alfonso Reyes él también quería tener su página sobre el regiomontano universal; así yo quisiera tener también mi página sobre los impresionistas, pero ¡los aborresco! y si no he de decir nada amable sobre ellos, mejor callo pues es domingo y no debo pecar.

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