martes, 3 de agosto de 2010

En el marco de...

Autor desconocido. La Castañeda. Edificio principal. c. 1910. Fotografía SINAFO

Entiendo o creo entender que del último año a la fecha no ha sido sencilla la situación económica del estado, misma que se agravó con el paso del huracán Alex. Crisis económica y crisis naturales —ciertamente no sólo locales— han hecho, lo mismo aquí que en otros lugares, se tengan que reprogramar gastos, proyectos, acciones. Por ello y a pesar de que se trata de un tema que para mí es particularmente sensible, he procurado no hacer mayores comentarios sobre los festejos o mejor dicho sobre la ausencia de actividades relevantes —por lo menos en el área que me corresponde comentar— con las cuales recordemos y celebremos el bicentenario de nuestra independencia y el centenario de la lucha revolucionaria.
No es este el momento de volver a discutir sobre si son las áreas de educación, comunicación y cultura, especialmente esta última, las primeras —y en ocasiones las únicas— que deben recortar sus presupuestos dado que no son prioritarias o esenciales para el buen y correcto funcionamiento material de la ciudad. Hacer cualquier comentario a favor de mantener simplemente los presupuestos destinados a las actividades culturales, pasa por insensible, falto de tacto, fuera de lugar en el mejor de los casos.
Y no obstante, ¿cómo no decir que muchas veces contar o no con actividades culturales depende más de la imaginación y el ingenio, de conocer los recursos de tu campo, que de tener las bolsas millonarias para llevarlas a cabo? Pienso por ejemplo en la muestra que este próximo jueves será inaugurada en la Ciudad de México en el marco de los festejos del Bicentenario y el Centenario, en una casi nueva institución denominada Museo Archivo de la Fotografía (MAF), ubicado en un antiguo predio mejor conocido como la Casa de las Ajaracas (República de Guatemala 34) vecina del Templo Mayor, Palacio Nacional, el Museo de San Ildefonso y un poco más allá del MUNAL. La Castañeda imágenes de la locura, 100 años después, es la muestra a la que me refiero, y su génesis y tema me parece pueden emplearse para ilustrar lo que digo.
Este museo se formó con un fondo inicial de cerca de dos millones de fotografías, entre negativos e impresiones, que habían venido siendo conservadas por la Dirección de Comunicación Social del Gobierno del Distrito Federal y que pasaron, dada su importancia histórica y necesidad de conservación y preservación, a la Dirección de Cultura, que decidió no sólo abrir este inmenso acervo al público, clasificarlo, restaurarlo —en su caso— y preservarlo, sino hacer un museo dedicado a la fotografía. Imágenes que van desde la pavimentación de calles y el reparto de agua, hasta actos políticos en los que han estado involucrados los distintos personajes del gobierno de la ciudad de México, forman el grueso de este archivo-museo. Se trata, pues, de una decisión acertada que si se hubiera pospuesto por no ser prioritaria habría terminado por perder tan valioso material para la memoria de la ciudad.
En el marco de los festejos de este año el MAF se topó —como cualquier otro puede hacerlo— con que entre las inauguraciones que el gobierno de Porfirio Díaz había llevado a cabo para festejar lo que para ellos fue el Centenario de la Independencia, se encontraba el sanatorio de La Castañeda, institución dedicada a la reclusión de enfermos mentales. Ubicada en una exhacienda pulquera de Mixcoac, en las cercanías de la capital, este terrible lugar funcionó por casi 60 años y albergó a más de 60, 000 almas que encerradas con el pretexto de su locura, vieron, ahí mismo, como se extinguían sus vidas.
La muestra está formada, como se entenderá, con material del propio archivo del MAF, pero también de la fototeca nacional de Pachuca, del archivo Manuel Ramos, y por particulares, de tal manera que 80 imágenes cuentan la historia de este lugar inaugurado hace 100 años.
Segunda decisión acertada y que no creo haya resultado demasiado costosa como para no llevarse a cabo. No puedo creer que en el marco de los festejos del Bicentenario y el Centenario, no podamos tomar decisiones semejantes a pesar de las crisis por las que pasamos.
Publicado originalmente por Milenio Diario.



No hay comentarios:

Publicar un comentario