lunes, 2 de agosto de 2010

Voyeour

Étant donnés: 1. La Chute d'eau; 2. La gaz d'eclairage. 1969

La última obra del gran Marcel Duchamp (1887-1968), la que incluso hubo de ser concluida después de su muerte, es, creo, la que mejor resumen su postura frente a las artes visuales, y me parece que no hay mejor figura para describirla que la de voyeour, aquel que siente u obtiene placer al mirar; el arte de todos los tiempos pero en particular el arte moderno y en consecuencia el contemporáneo, no son otra cosa que el resultado de nuestra pasión por mirar. Me imagino a monsieur Duchamp sentando en la nube que le corresponda carcajéandose de todos nosotros al momento de acercarnos a mirar lo Étant donnés, esto es, ésta su obra póstuma. Por simple curiosidad hagamos el recuento de cuantas veces interviene el acto de mirar en esta situación: Duchamp mira (uno) a quienes se acercan a mirar (dos) su obra, para hacerlo deben agacharse y mirar (tres) por la cerradura de la puerta, y mientras lo hacen las cámaras de seguridad del museo miran (cuatro) que es lo que la gente hace; en caso de ser necesario, las cintas en que queda inscrita esta acción serán miradas (cinco) y así sucesivamente. Esta alucinante situación también es un recorrido de lo macro a lo micro y de la naturaleza a la cultura, la imagen del voyeur es una alegoría de la construcción de la cultura visual en la que nos encontramos inmersos. Todos nos hemos convertido ahora en el observador que un día imaginó Duchamp y que el mundo moderno se encargo de crear.

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