Saltamos el tema de ayer y regresamos al planteado al inicio de la semana, "las otras imágenes". Se llama radiación infrarroja a aquella que se sitúa por debajo de la frecuencia que corresponde al color rojo en el espectro de la luz blanca; se le define como un tipo de radiación electromagnética con una longitud de onda mayor a la de la luz visible. Fue descubierta en 1800 por el famoso astrónomo inglés de origen alemán William Herschel (1738-1822), quien fue uno de los primeros en notar y registrar que todos los cuerpos con una tempratura mayor a los 15 grados celsius emitían este tipo de ondas electromagnéticas. Las aplicaciones de las radiaciones infrarrojas van de la astronomía hasta su uso en las comunicaciones con lo que se espera hacerlas más rápidas y eficientes. Su registro fotográfico depende de películas especialmente sensibilizadas a este tipo de longitud de onda y de la aplicación de filtros que excluyen la luz visible y la ultravioleta y permiten el paso mayoritariamente del espectro infrarrojo. Como es de suponerse, al registrar una radiación que no es visible para el ojo humano, las imágenes infrarrojas resultan sorprendentes, pues además su forma depende de la temperatura del cuerpo que esté siendo fotografiado; como sabemos muchos cuerpos, en especial los vivos, presentan en su superficie distintas zonas de temperatura por lo que sus imágenes resultan bastante bizarras respecto a la lo que conocemos bajo la luz blanca, tal y como se puede apreciar en la imagen que acompaña a esta entrega.
(Imagen: astroyciencia.com)
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