Dalias. ca.1920
La semana anterior ya hicimos mención al valor simbólico de las flores y su destacado papel dentro del género de la Naturaleza Muerta. Los arreglos florales, coronas, bouquets, ramos o floreros forman parte de una subdivisión del tipo de composición que hemos venido analizando. Por su forma y cualidades naturales, las flores, se prestan también para ser empleadas como ejemplo de las capacidades de la fotografía para reproducir la realidad, lo mismo que mencionábamos en la entrega de hace dos días, esto es, recurrir a ellas para poder demostrar que la fotografía es el doble exacto de las cosas que observamos. En este ejemplo debido al maestro vienés Heinrich Kühn (1866-1920), la composición, el punto de vista, el arreglo de las flores y las dalias en sí mismas ayudan a recrear un ambiente de suave y calidad decadencia modernista tan propia de la Viena entreguerras, pero más importante aún es la calidad del detalle técnico, la forma en que se ha aprovechado el color de las flores, las texturas del florero y la posición que tiene en la esquina de la mesa, lo que le da un toque a la Cézanne, para crear una imagen memorable.
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