Cigarette. No. 52. 1972
Quizás para muchos el tema que hemos venido tratando hace un par de semanas, la Naturaleza Muerta, pudiera parecerles un género del pasado, ya superado y con poco interés por su cultivo más allá de uno que otro ejemplo que también se han presentado aquí. La verdad es que como otros tantos géneros, no sólo en la fotografía o las artes visuales, sino en la producción artística en general, la tematica se ha multiplicado a tal grado que hace imposible cualquier sistema de clasificación basado en principios como los que sirvieron para el establecimiento de los géneros. A lo anterior hay que sumar la actitud permanente de rompimiento, casi como práctica normal, o no asunción de las normas establecidas para comprender el porquè no se siguen cultivando los géneros como en otros tiempos. No obstante, hay productores que entienden la situación de otra manera y parte de su trabajo lo dedican a investigar a indagar dentro de las posibilidades de los temas clásicos. Tal es el caso del ejemplo que aquí presentamos, una Naturaleza Muerta de Irving Penn (1917-2009). Se trata como se ve, de formas contemporáneas hablando de un tema de siempre, el del paso del tiempo y la muerte como ganadora. Nuevos acercamientos a los géneros tradicional, claro que los hay, sólo que a los fotógrafos contemporáneos no sólo se les ha olvidado su cultivo, sino que primero tienen que vencer el facilismo que califica a toda la producción actual, lo cual, como se entenderá, cuesta mucho, pero mucho trabajo.
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