viernes, 17 de septiembre de 2010

Así fue, así es México (entrega No.15)


¿Qué sucedió al día siguiente del grito de Dolores? Obviamente nuestro país no amaneció envuelto de inmediato en una guerra que culminaría con la declaración de su independencia de la corona española, como en todo hubo un proceso que al ir desarrollándose permitió aclarar dudas, contestar preguntas, plantear cuestionamientos, definir ideas, imaginar soluciones, soñar con el futuros y cobrar conciencia de lo que se estaba haciendo. Y en este proceso, como en todo, las dos partes, esto es los mexicanos independentistas y los peninsulares y sus aliados monárquicos pasan exactamente por los mismos estadíos, recorren las mismas etapas, se sujetan a idénticas situaciones, es decir, el proceso gracias al cual ganamos nuestra independencia, se vivió, simultáneamente, de dos maneras, ni una mejor que la otra, simplemente opuestas.
Por eso me gusta esta imagen del cura Hidalgo que se encuentra en la escalera principal del palacio de gobiernos de Guadalajara, Jalisco, pintada entre 1937 y 1939 por José Clemente Orozco (1883-1949). Me gusta porque presenta un padre de la patria medio ido, medio ebrio con la lucha incendiaria que estaba inicando, un Hidalgo, quizás medio místico, en trance, teniendo visiones de a dónde llegaría su lucha 200 años después. Un Hidalgo que levanta el puño amenazante y acerca la flamigera tea a todo lo conocido pues para Orozco, en su visión trágica de la vida, no hay más rendención y nueva vida que la que se levanta de sus cenizas. Quizás este es el mensaje de Hidalgo y demás independentistas, un mensaje que por desconocido no se cumplió y en lugar de haber empezado de nuevo, quisimos hacerlo sobre unas bases que aún hoy continúan desmoronándose.

No hay comentarios:

Publicar un comentario