Prosiguiendo con nuestra galería de héroes nacionales abordados por nuestros artistas, toca el turno al general Venustiano Carraza (1859-1920), el Barón de Cuatro Ciénegas. En realidad esta entrega debería haberse llamado algo así como el misterioso caso de los retratos perdidos, pues mi intención al presentar a Carranza no era a través de esta fotografía, que entre paréntesis ha sido empleada como modelo o copia de muchas otras representaciones, incluidas pinturas, exactamente como el caso que tratamos. La idea pues, era exhibir un retrato del presidente Carranza pintado hace años por Vlady (1920-2005) que se encuentra, si no me equivoco y no se ha movido de lugar, en las bodegas de la delegación regional del INAH en el Museo del Obispado, en Monterrey, N.L. La pintura, a su vez, está inspirada en una fotografía que curiosamente ya no encuentro por ningún lado. Sucede que esta fotografía a la que me refiero fue obtenida en el momento exacto en que la luz solar se refleja en uno de los espejuelo de Dn. Venustiano, dejándolo -en aparencia y sólo en la apariencia de la fotografía- ciego de un ojo, o de plano tuerto (hay un video que circula en youtube.com en el que se muestra a Carranza en distintas actividades, la última toma reproduce exactamente el efecto del que hablo y que debió haberse repetido un sinnúmero de veces dado el tipo de lentes y las actividades al aire libre de su portador). Por su parte Vlady, valiéndose de esa imagen y su desconcertante efecto, pinta a un Venustiano Carranza más cercano a Polifemo que a uno de los grandes generales revolucionarios de nuestro país. No es, por tanto, difícil imaginar porqué pintura y fotografía han dejado de circular, pues así como Orozco nos entregó visiones poco ortodoxas de Hidalgo y Juárez, entre otros, así Vlady convirtió en cíclope a Carranza, que si nos acordamos de las descripción de estos seres y de cómo se dio la historia del coahuilense en la post-revolución y su trágico desenlace, quizás no haya tenido nada de casual que Vlady se inspirara en tal fotografía y realizara una pintura tan peculiar, sobretodo tratándose de un encargo, pero ya sabemos cómo es que se las gastan, cuando quieren, los artistas. miércoles, 22 de septiembre de 2010
Así fue, así es México (entrega No.19)
Prosiguiendo con nuestra galería de héroes nacionales abordados por nuestros artistas, toca el turno al general Venustiano Carraza (1859-1920), el Barón de Cuatro Ciénegas. En realidad esta entrega debería haberse llamado algo así como el misterioso caso de los retratos perdidos, pues mi intención al presentar a Carranza no era a través de esta fotografía, que entre paréntesis ha sido empleada como modelo o copia de muchas otras representaciones, incluidas pinturas, exactamente como el caso que tratamos. La idea pues, era exhibir un retrato del presidente Carranza pintado hace años por Vlady (1920-2005) que se encuentra, si no me equivoco y no se ha movido de lugar, en las bodegas de la delegación regional del INAH en el Museo del Obispado, en Monterrey, N.L. La pintura, a su vez, está inspirada en una fotografía que curiosamente ya no encuentro por ningún lado. Sucede que esta fotografía a la que me refiero fue obtenida en el momento exacto en que la luz solar se refleja en uno de los espejuelo de Dn. Venustiano, dejándolo -en aparencia y sólo en la apariencia de la fotografía- ciego de un ojo, o de plano tuerto (hay un video que circula en youtube.com en el que se muestra a Carranza en distintas actividades, la última toma reproduce exactamente el efecto del que hablo y que debió haberse repetido un sinnúmero de veces dado el tipo de lentes y las actividades al aire libre de su portador). Por su parte Vlady, valiéndose de esa imagen y su desconcertante efecto, pinta a un Venustiano Carranza más cercano a Polifemo que a uno de los grandes generales revolucionarios de nuestro país. No es, por tanto, difícil imaginar porqué pintura y fotografía han dejado de circular, pues así como Orozco nos entregó visiones poco ortodoxas de Hidalgo y Juárez, entre otros, así Vlady convirtió en cíclope a Carranza, que si nos acordamos de las descripción de estos seres y de cómo se dio la historia del coahuilense en la post-revolución y su trágico desenlace, quizás no haya tenido nada de casual que Vlady se inspirara en tal fotografía y realizara una pintura tan peculiar, sobretodo tratándose de un encargo, pero ya sabemos cómo es que se las gastan, cuando quieren, los artistas. 
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