sábado, 4 de septiembre de 2010

Así fue, así es México (entrega No.4)


Ni falta hace insistir en el papel fundamental que juegan los productores de objetos de arte en la formación de la conciencia de un país. Los muralistas lo hicieron en su momento para México, posteriormente los miembros de la Ruptura en el '68, y en la contemporaneidad figuras como la de Adolfo Patiño (1954-2005) a quien presentamos aquí en uno de sus múltiples autorretratos. También conocido como Adolfotógrafo es muy probable que haya sido uno de los primeros productores totales de este país y uno de los primeros en recurrir a la fotografía no para convertirse en fotógrafo en el sentido tradicional del oficio, sino como un medio más a su alcance para expresar la amplia variedad de intereses e inquietudes que siempre expresó en su trabajo. No obstante, haría mención a un par de núcleos alderredor de los cuales giró buena parte de su obra. El primero de ellos fue señalar una y otra vez, que la labor del productor está relacionada más con las ideas que con habilidades manuales específicas (a pesar de que si hubo un productor en ese momento que ponía especial atención a lo técnico y buen acabado de la obra lo fue él) y en este sentido debemos verlo como un precursor o como quien fue al parejo de otros productores conceptualistas de México. Y el segundo de estos núcleos, fue la crítica que siempre ejerció en contra de los santones del arte y la cultura de este país. Las ideas que debe manejar el productor, las que debe saber expresar, a las que debe dar prioridad, son, en el caso de muchas de sus piezas, aquellas que tienen que ver con una visión irónica, sarcástica, mordiente y despiadada en contra de esos íconos que contra viento y marea la posición oficial trata de imponer como representantes del arte mexicano del pasado, del presente y del futuro. Y, curiosamente, al mismo tiempo Patiño se mostraba respetuoso, tolerante y fraterno con las muestras más entreñables de la cultura popular y/o massmediatica, de la que muchas veces supo nutrirse para realizar la suya propia. Sin ser una exageración, de eso estoy seguro, el arte mexicano de este momento no sería lo mismo sin haber recibido la fresca y vivificante influencia del pensamiento y obra de Adolfo Patiño.
(Imagen tomada de: www.jornada.unam.mx)


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