viernes, 1 de octubre de 2010

Así fue, así es México (entrega No.27)


Puesto que hoy concluye el mes patrio por antonomasia hoy también debiera dar por terminadas las entregas que he estado dedicando a presentar mi visión sobre distintos aspectos de nuestro país a través, fundamentalmente, de la fotografía. No obstante, creo que 27 es un mal número para terminar cualquier cosa, así que he decidido llegar a las 30 entradas y ahí sí, cerrar ya y por lo pronto esta serie.
Quizás muchos no lo recuerden y otros únicamente lo hayan conocido por las narraciones o imágenes que hay del evento, pero en 1971, hace casi 40 años, se llevó a cabo el gran festival de Rock mexicano en Avandaro, Valle de Bravo, Estado de México, si se quiere y para seguir con la denominación que desde entonces se le dio, la versión nacional del Woodstock norteamericano. Independientemente de la posición que al respecto se tenga, me parece que uno de esos cambios que se puede señalar como ejemplo de lo que ha sucedido en estos 200 años de independencia, es, como en casi todo el mundo, el cambio en el papel y protagonismo que los jóvenes han venido adquiriendo. Recordemos que apenas tres años antes se había reprimido violentamente a estos mismos jóvenes en Tlaltelolco y que en junio de ese año se había vuelto a repetir la misma historia de terror, el tristemente recordado día de corpus; así que si tenían suficiente edad e identidad de grupo como para ser carne de cañón, ¿por qué no habrían de tenerla también para poder decidir el tipo de diversión y entretenimiento que desearan? Las imágenes de Avandaro son, no me cabe duda, herencia viva de lo que se ha ganado, a sangre y fuego, en estos 200 años: La mayoría de edad de nuestra juventud.
(Imagen tomada de: www.velvetown.blogspot.com)

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