martes, 12 de octubre de 2010

El contacto

Cinturón. Cultura Taina. Santo Domingo. 1492-1520

Hace 518 años, cuenta la historia, Cristóbal Colón —un personaje un tanto obscuro— tocó tierra al otro lado del Atlántico por vez primera. Se concretaba así el llamado descubrimiento de las tierras, del continente, que más tarde sería llamado América, suceso que hoy, gracias al desarrollo del conocimiento histórico, político y social, es mejor conocido como el Encuentro de Dos Mundos, denominación que refleja con mayor precisión lo que sucedió en ese momento y las consecuencias que tuvo.
Mas si hoy estamos mejor informados tanto de la empresa colombina, como de los encuentros previos a la presencia hispánica —lo mismo con occidente que con oriente—, y ni que decir acerca de lo sucedido posteriormente, en comparación es poco lo que aún sabemos tanto del llamado momento del contacto como de lo sucedido al día siguiente del triunfo de la alianza encabezada por Cortés y los tlaxcaltecas. Quiero decir, son relativamente escasos los estudios que se ocupan de rastrear, documentar, interpretar y explicar los efectos que hubo en ambos mundos al entrar en contacto: cómo se vio afectada la vida cotidiana de unos y otros, en qué se modificaron sus creencias, incluidas las religiosas y científicas, cómo se fueron acercando y conociendo. Lo mismo respecto a lo sucedido al día siguiente de la caída de la gran Tenochtitlán, no hablo de los grandes sucesos, las grandes hazañas o las grandes acciones, no, sino de los hechos pequeños, aquellos que ocupaban el pensamiento, la sensibilidad, de los pobladores nativos y la de los futuros dueños de esas tierras. Habría que iniciar aceptando y reconociendo que tanto la conquista material como la espiritual no se concretaron ni en un día ni de una sola vez y para siempre, sino que fueron proceso graduales con distintos niveles de concreción y solución, muchos de los cuales jamás terminaron de cuajar.
Regresemos al momento del contacto original, aquel en que los marinos, soldados y sacerdote que acompañaban a Colón no sólo se ven sino que intentan relacionarse con los nativos Karibes y Tainos primero y luego con los continentales. El principal problema de estos contactos iniciales debió ser, una vez superada la barrera de la sorpresa epistemológica, el idioma, por lo que se convirtió en una necesidad de primera mano aprender a comunicarse a través de una y otra lengua. Mas si el idioma escrito y hablado, fue un obstáculo que vencer, lo más probable es que no sucediera lo mismo con las imágenes, las cuales debieron ser, con seguridad, uno de los primeros medios en emplearse en la comunicación entre ambos grupos. Tanto occidentales como nativos, estaban acostumbrados al empleo de imágenes, bidimensionales o de bulto, para expresar una serie de conceptos que en sí mismos son el resumen o núcleo fundamental de creencias, sentimientos, ideales, conocimientos, normas de conducta, etc.
Sin embargo, a pesar de la familiaridad con las imágenes y de que estas pudieran haber sido un medio eficaz en los primeros acercamientos para darse a entender, esta comunicación debió haber sido complicada, confusa, ambigua, proclive a causar el error, la incomunicación, más que el entendimiento. Y es que la producción de imágenes en uno y en otro caso responden, primero que nada, a esquemas mentales totalmente diferentes, luego entonces, lo primero que debió suceder fue más bien un lento y complicado aprendizaje de esquemas, modelos de pensamiento respecto al uso, función y producción de las imágenes. Es proverbial la anécdota de que los nativos no lograban descifrar cómo es que a través de unas imágenes (la escritura) los soldados españoles lograban comunicarse entre sí estando a la distancia.
De estas incidencias es que se desprende la importancia de este momento pues fue a partir de las condiciones y normas que se definieron ahí y entonces que se gestaron las siguiente construcciones simbólicas, o en otras palabras, fue por lo sucedido en el momento del contacto que empezó a forjarse un nuevo tipo de conciencia que ni era occidental ni nativa, sino americana y más concretamente la que hemos venido desarrollando a través del tiempo, desde hace ya más de 500 años.
Publicado originalmente por Milenio Diario.
(Ver también: www.artes2010.wordpress.com)
(Imagen: www.guiarte.com)




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