No me es un personaje muy simpático, pero si estamos hablando de la cultura post-revolucionaria y algunos de sus principales representantes, no me puedo escapar de citar a Assunta Adelaide Luigia Modotti (1886-1942), mejor conocida simplemente como Tina Modotti. Aquí una de sus fotografías, Hombres leyendo El Machete de 1929. Me interesa esta imagen porque aparece el pasquín en que colaboró Orozco con sus caricaturas desde atrás del frente de batalla y, según lo que vemos, algunos “miembros” o “representantes” del pueblo. No entraré en polémica sobre la veracidad de esta imagen, en lo personal, como muchas otras obras de la Modotti, me parece construida con una clara intención ideológica y quizás decir esto sea tibio puesto que la intención es bastante burda o evidente. Lo importante, en todo caso, es que su presencia en México al lado del norteamericano Edward Weston (1886-1958), a partir de 1922 y hasta 1930, viene a reafirmar la idea de que en este país, en ese momento, se vivía un ambiente internacional de vanguardia, no en el sentido con que hoy lo entendemos, sino más bien significa que entre muchos intelectuales y artistas liberales y de izquierda de todo el mundo, había un auténtico interés por conocer de primera mano lo que estaba sucediendo en México en términos de la relación o influencia mutua entre política y actividad cultural. Eso fue, más razones individuales, las que atrajeron a Weston y su acompañante, una inmigrante italiana que aspiraba a ser actriz en Hollywood y que en nuestro país y a la sombra del círculo de Rivera recordó sus lecciones social-anarquistas de su natal Italia. Por la actividad que desplegó, su papel protagónico en la vida política, social y cultural, por su obra incluso, merece ser citada al lado de la Kahlo, Rivas Mercado, Lupe Marín, Dolores del Río y las demás mujeres que aquí hemos mencionado. Hace 100 años un puñado de mujeres decidieron tomar la producción cultural en sus manos y con ello empezar a modificar el papel y la consideración de la mujer en México, qué lástima que sus lecciones no hayan calado más hondo para que hoy la participación de la mujer fuera mucho más justa y equitativa.
(Imagen: www.patriagrande.net)
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